8

Datos económicos que demuestran el fracaso de las políticas neoliberales

Tal y como explica el catedrático Vicenç Navarro[1], los años en los que el neoliberalismo se aplicó con más intensidad (1975-2010) arrojan peores resultados económicos que los años anteriores, cuando se aplicaron otras políticas (las socialdemócratas). La tasa de crecimiento anual de la riqueza (PIB) mundial ha pasado de un 4.9 % entre 1950 y 1973 a 3% entre 1973 y 1992 y de nuevo a un 2.7 % entre 1992 y 2001 (la edad dorada del neoliberalismo). Entre 1980 y 1998, la mitad de los países sufrieron la caída en el PIB per cápita real. 
El profesor Navarro también nos compara etapas cambiando los años para incluir la crisis del 70 en la etapa socialdemócrata (excluyendo a los países del bloque comunista). Las cifras del Banco Mundial hablan por sí mismas. Las políticas de la etapa keynesianas, incluso si incluimos en esta etapa la crisis de los 70, supusieron mayor crecimiento económico tanto los países desarrollados de la OCDE como en los subdesarrollados. 


Además tras el abandono de las políticas socialdemócratas se incrementaron las diferencias entre los países desarrollados de los subdesarrollados (según su diferencial de crecimiento). Si comparamos la riqueza del 1% más rico y del 1% más pobre, resulta que el periodo neoliberal su diferencia relativa aumentó un 77% en comparación con el período socialdemócrata. Más neoliberalismo ha significado menos crecimiento pero sobre todo, más polarización en el reparto de la riqueza hasta abrir una brecha brutal.

En la misma dirección van los resultados del informe de Mark Weisbrot y Deam Baker [2]. En las décadas 60-70, el crecimiento de los indicadores de bienestar social como mortalidad infantil, escolarización, esperanza de vida, índices de alfabetización, etc. fue mayor que en las décadas 80-90 (en las que se desarrolló el modelo neoliberal). El crecimiento económico fue mayor durante las décadas 60-70, hasta el punto que si en las décadas 80-90, se hubiera mantenido el ritmo, se hubiera duplicado el nivel de renta, y en realidad solo aumentó un 21%. Además el grupo de países con menos nivel de renta vieron un crecimiento económico negativo durante las décadas 80-90. Las tasas de crecimiento del tercer mundo pasaron de un 3,2 anual per cápita (60-70) a un 0,7% per cápita. Al mismo tiempo que aumenta su diferencia de crecimiento respecto al primer mundo, de 0,3, al 1,3, aumentando la diferencia de renta en un 333%. 

Bien es verdad que el argumento histórico que compara diferentes periodos (diacrónico) es débil, ya que incluye demasiadas variables que desvirtúan la comparación (crecimiento extensivo de la economía, desigual desarrollo tecnológico,  etc. ). Por eso es necesario otro tipo de planteamiento, el análisis comparativo durante el mismo periodo (sincrónico). Las políticas neoliberales no solo pierden desde una visión histórica, también son un fracaso si miramos la evolución de los países que adoptaron esas políticas y los comparamos con los que no lo hicieron en el mismo periodo.  Nos cuenta Vicenç Navarro:

En los países escandinavos, Austria y Benelux, la aplicación de las políticas neoliberales fue más reducida durante los 80 y los 90, por eso tuvieron mejores índices económicos que los países anglosajones. Les superaron en el crecimiento económico, empleo, coeficiente de Gini.

Incluso The Economist, un periódico londinense de ideología neoliberal, llegó a reconocer (en su editorial del 4 del 6 de 1992) que los países nórdicos han sido la pesadilla para los neoliberales, ya que han sido  los más eficientes y los más equitativos siguiendo políticas opuestas a las propuestas por los neoliberales.

Para poder presentar como buenos los resultados del neoliberalismo, se manipula y se seleccionan los resultados macroeconómicos, ocultando los que no interesan.

Veamos los resultados económicos del primer país que aplicó las medidas neoliberales; el Chile de Pinochet. Los dos intelectuales principales del neoliberalismo, Hayek y Friedman, alabaron la gestión económica de Pinochet y sus seguidores calificándola de “milagro económico”. ¿En qué basaban esta afirmación? Fundamentalmente en estos tres datos: crecimiento del PIB, aumento de la inversión exterior y crecimiento de los beneficios empresariales. Los dos primeros podría puntualizarlos, en realidad no fueron para tanto, pero mejor no me entretengo en los detalles.

¿Estos indicadores nos permiten concluir que Chile mejoró? En absoluto, aquí está el error del razonamiento. Como de costumbre los neoliberales confunden el interés general con el suyo propio. Chile no son solo los chilenos de rentas altas, Chile es mayoritariamente la gente de clase media y de clase baja. Lo que hay que preguntarse es si la población chilena en su conjunto salió beneficiada por la aplicación de estas políticas. Viendo los resultados macroeconómicos que  necesitamos para responder a esta pregunta, vemos que las reformas laborales neoliberales (privatizaciones, libre despido…) tuvieron dos consecuencias significativas:

- Por un lado supusieron un aumento espectacular del desempleo, pasando de una media por debajo del 5% durante los años 1966-1972, a una media por encima del 20% de 1975 a 1985.

- Por otro lado la represión sindical permitió un hundimiento del poder adquisitivo de los asalariados. Se pasó de índice de remuneraciones reales de 127 en 1972 a un 63 en 1976. El promedio en toda la época pinochetista estuvo por debajo del 90.[3] Lo anterior supuso un deterioro en el nivel de vida de la mayoría de la clase media, y el empeoramiento de la situación de la clase baja hasta un punto no visto nunca en ese país.

Pero aún hay más. Los neoliberales no solo defienden reformas laborales, también defienden el desmantelamiento del Estado del Bienestar. Si a lo anterior (más paro, menos salarios) unimos la inexistencia de una cobertura social que amortigüe estos efectos, el resultado no puede ser más catastrófico para el pueblo chileno.

Si en 1970 el índice de pobreza era de un 22%, Allende en solo tres años y en medio de la crisis-castigo lo rebajó al 12%. Pinochet y las políticas neoliberales de Hayek y Friedman hicieron que en 1990 (año en el que Pinochet se retiró) el índice de pobreza aumentara hasta cerca de un 40 %. Este es el auténtico milagro.

Los efectos de estas políticas fueron tan dramáticos que el neoliberalismo en Chile significó la aparición de una lacra que no existía antes: el hambre. Según los datos de FAO y CEPAL en 1971 Chile era un país con suficiencia alimenticia plena, es decir sin hambre. Diez años de neoliberalismo después, en 1984, el 61% de las familias chilenas era incapaz de alimentarse adecuadamente. Según datos de la FAO/OMS, en 1986 en Santiago capital 8 de cada 10 familias estaban mal alimentadas (a pesar de que en alimentación debían invertir el 70% de su salario).

Este es el milagro chileno que en su día proclamaron Hayek y Friedman. Una sociedad que fomenta la miseria y el hambre para que la oligarquía se pueda enriquecer sin freno. Esa oligarquía agradecida es la que colmó de premios y reconocimientos a Hayek, Friedman y sus lacayos.

¿Milagro? El verdadero milagro es que aún hoy alguien pueda darle alguna credibilidad a los economistas neoliberales.

Evidentemente unas medidas con estos efectos sociales tan desastrosos, son mucho más difícil de aplicar en un sistema democrático. Y esto Hayek y Friedman lo sabían.

Naomi Klein habla en su obra La Doctrina del Shock del intercambio epistolar entre Hayek y M. Thatcher (primera ministra conservadora en Gran Bretaña). Por carta Hayek recomienda que se use el Chile de Pinochet como modelo para transformar la economía keynesiana británica. Se refería a las políticas diseñadas por los Chicago Boys que consistían básicamente en desmantelar la cobertura social, empeorar las condiciones laborales lo máximo posible (hasta la subsistencia del asalariado) y abrir el país a las inversiones de compañías extranjeras que quisieran aprovecharse de estas condiciones. El resultado fue un desastre social para la mayoría de los chilenos, pero todo un negocio muy lucrativo para la oligarquía y los inversionistas extranjeros. La respuesta de Thatcher a Hayek fue la siguiente:
Estoy segura de que usted entenderá que, en Gran Bretaña, dadas nuestras instituciones democráticas y la necesidad que aquí existe de alcanzar un elevado nivel de consenso, algunas de las medidas adoptadas en Chile son del todo inaceptables. Nuestra reforma debe ser conforme a nuestras tradiciones y a nuestra Constitución, aunque a veces el proceso deba hacerse exasperadamente lento
Lo que en realidad quiere decir es lo siguiente: En Gran Bretaña, como no tenemos dictadura, las recetas neoliberales debemos aplicarlas lentamente, para que la gente no se dé cuenta de que la estamos perjudicando. Explica Naomi Klein que para Hayek y el resto de sus seguidores esto fue una decepción.

Desde entonces se mantendrá esta estrategia. El neoliberalismo sólo se aplicará de forma rápida en países tercermundistas, en cambio en un país del primer mundo el neoliberalismo se irá inoculando poco a poco, tacita a tacita. Noam Chomsky ya habló de la conocida hoy como estrategia de la gradualidad: el neoliberalismo aplicado a un ritmo acelerado puede provocar disturbios sociales, en ocasiones es más eficaz neoliberalismo a dosis pequeñas para que no genere reacción. Esto ha sido asimilado completamente por los políticos neoliberales en los países del primer mundo.

Pero hagamos un análisis de los resultados de las políticas neoliberales que se aplicaron en el primer mundo comparándolos con otros países de su entorno. De nuevo Vicenç Navarro:

Las políticas neoliberales de Thatcher (en Reino Unido) y Reagan (en USA) de los 80, se suelen poner como ejemplo. Pero a pesar de la mejora de algunos indicadores macroeconómicos (crecimiento del PIB Y descenso del paro) hubo un descenso de los indicadores de la calidad de vida de la mayor parte de la población. Esto se debe a que los indicadores macroeconómicos que usan los neoliberales no miden ni calidad del empleo, ni distribución de la renta, ni desarrollo del Estado del Bienestar.

Se argumenta que donde con más rigidez se aplicó el neoliberalismo, en USA, el crecimiento del PIB de 1993-1998 en USA es superior a EU, pero no se dice que si analizamos el PIB per cápita ocurre lo contrario: USA 2´3 y EU 2´4. El aumento del PIB general en USA, se hace con el aumento de mano de obra barata mexicana. Además el crecimiento de UE fue mayor que USA durante los 80 y 90.

Uno de los principales argumentos para justificar el cambio de políticas y la implantación del neoliberalismo, es que la crisis de los 70 hacía inviable el modelo anterior. Según ellos, el aumento del paro y del déficit público obligó a abandonar las políticas anteriores de tipo intervencionista. Hagamos un análisis comparativo. Huber y Stephens[4] realizaron un estudio macroeconómico para ver la evolución entre los 1960 y 1990. Los datos muestran la siguiente conclusión: los países que mantuvieron las políticas socialdemócratas más intervencionistas (Suecia, Noruega, Dinamarca, Finlandia) tuvieron más crecimiento, menos paro y mejor coeficiente de Gini que los países anglosajones más neoliberales. Además su déficit público fue menor como media durante ese periodo comparándolo con el de los países más neoliberales (USA, RU, Canadá). Los países más neoliberales utilizaron el déficit público para superar las recesiones, estas no afectan tanto a los países con políticas más socialdemócratas. 


LA VERDADERA CAUSA DE LA CRISIS DE LOS 70

Los datos anteriores refutan la explicación neoliberal que dice que las políticas socialdemócratas fueron las responsables de la crisis de los 70. Si desde los 70 sufrimos crisis económicas cíclicas más intensas que en las décadas anteriores. ¿Qué pasó en esa década para que las cosas cambiaran? Es fácil de descubrir. Hay un aspecto económico muy significativo que se modificó a inicios de los años 70. Me refiero a la desregulación del sistema financiero, curiosamente una reivindicación de los neoliberales. Incluso ellos mismos lo reconocen, Paul Volker[5] confiesa:

La libre variabilidad de las monedas (que pone fin al acuerdo Bretton Woods) es la principal causa de la desaceleración económica desde ½ de los 70

Vicenç Navarro nos habla del principal resultado de la desregulación financiera, el peligroso del movimiento de especulativo de capital sin control:

Tras la libre variabilidad del precio de las monedas y la desregulación de los mercados financieros, las inversiones especulativas pueden ser más rentables que las actividades productivas. Se introduce masivamente capital en el sur a corto plazo (especulativo), de modo que si hay más rentabilidad en otro lugar, se abandona rápidamente el primero provocando la crisis de este país o sector económico.

Cada día en los mercados financieros se mueven 1´7 trillones de dólares de tipo especulativo, contra esto la capacidad de los estados es muy reducida.

Veamos un caso concreto. En un alarde de cinismo, uno de los magnates que se ha enriquecido gracias a las políticas neoliberales lo reconoce abiertamente. Georges Soros es un referente fundamental para entender cómo funcionan las cosas, no viene del marxismo ni de la izquierda, es un multimillonario magnate de las finanzas sorprendentemente sincero. En su obra La crisis del capitalismo global explica cómo consiguió beneficios astronómicos mediante movimientos especulativos que hundieron la economía de varios países. Una decisión suya (especular para devaluar la moneda Tailandesa) desencadenó la crisis asiática de 1997. Explica cómo las reglas neoliberales exigen el uso de maniobras especulativas para ser competitivo, es decir, que las actuales reglas de la economía global te obligan a hundir economías nacionales, y a provocar crisis económicas continuas, ya que resultan muy rentables a los beneficiados. Él mismo reconoce la imposibilidad de conjugar moral y actividad financiera. Se excusa diciendo que el cambio de las reglas de juego no puede ser una decisión unilateral, debe ser global, pero como los que deben hacerlo, son los beneficiados de la situación, no va a ser el único que no entre en el juego salvaje del fundamentalismo de mercado:

Como actor del mercado, intento maximizar mis beneficios. Como ciudadano, me preocupan los valores sociales: la paz, la justicia, la libertad, o lo que sea. No puedo dar expresión a estos valores como actor del mercado. Supongamos que las reglas que rigen los mercados financieros deban cambiarse. No puedo cambiarlas unilateralmente. Si me impongo las reglas a mí mismo pero no a los demás, afectarían a mi propia actuación en el mercado pero no afectarían a lo que sucede en los mercados porque ningún actor por sí solo se supone capaz de influir en el resultado.

Estamos en una economía global que no tiene sistemas de control globales; en consecuencia, esa economía global está fuera de control y dirigida por una especie de ideología denominada fundamentalismo de mercado; esta ideología consiste en la creencia de que la búsqueda por parte de todos de sus fines individuales lleva a los mercados a un estado de equilibrio. 


LA REDUCCIÓN DE IMPUESTOS A LOS MÁS RICOS Y EL ENDEUDAMIENTO DE LOS ESTADOS

El aumento del peso económico de los inversores privados no se contrarrestó con un aumento simétrico del peso del Estado en la economía, al contrario. En la recaudación de los Estados los ingresos derivados de los impuestos de la renta, los que pagan los ciudadanos según su riqueza, disminuyeron lenta pero inexorablemente. En contrapartida se aumentaron los impuestos indirectos, al consumo, que afectan más duramente a las rentas bajas y medias. La justificación técnica que usan para defender su decisión, es que los impuestos indirectos son más útiles para controlar la inflación que los impuestos directos. Esto es porque las clases bajas y medias al ser más numerosas,  demandan más productos básicos que son los que marcan la inflación, en cambio las grandes fortunas al ser poco en número hacen un consumo total escaso y su efecto es menor en los precios.  Efectivamente la inflación se puede controlar así, pero esa no es la única posibilidad así que se nos ofrece una interesada falacia de falsa dicotomía.  No es esta la única forma de controlar la inflación, hay otras formas. Por ejemplo se podría controlar también la inflación aumentando la oferta de productos disponibles mediante inversiones directas, como se hizo durante los 30 gloriosos (1945-75). Si hoy se ha elegido esa forma de controlar la inflación no es por un criterio de interés general sino  porque esa es una forma que beneficia a los grandes capitales y que les permite preservar el valor de sus ahorros.  La trampa de esto es que después de este cambio en la forma de recaudar, el Estado queda atado de pies y manos. En los países que no tienen soberanía monetaria, como los países de la zona euro, para mantener las cuentas saneadas necesita un crecimiento económico que ya no está en sus manos, sino que depende de una dinámica económica que dirigen estos inversores-especuladores. Es decir, el Estado cede voluntariamente su soberanía económica a los inversores-especuladores y para ello les reduce los impuestos directos y aumenta los indirectos. En lo sucesivo la financiación de los Estados queda supeditada a las decisiones de los inversores/especuladores privados.
Podemos comprobarlo viendo la evolución de los impuestos a las rentas más altas en Estados Unidos. La tasa marginal a las grandes fortunas:


La bajada de impuestos a las rentas altas en los años 20 y la consecuente acumulación de capital por los especuladores, culminó con la dramática crisis del 29. Igualmente se puede apreciar cómo durante la etapa socialdemócrata de mayor crecimiento y desarrollo (de los 40 a los 60), los impuestos a los más ricos eran muy altos, próximos al 100% de la tasa marginal. A continuación vemos como en los años 60 estos impuestos se reducen hasta el 70%, precisamente cuando se agravan los problemas de liquidez del Estado por los gastos en la guerra de Vietnam. Esto lleva a Nixon a la desregulación financiera del 71, con la que deja total libertad de movimiento a los crecientes capitales de los inversores-especuladores. Con la llegada de Reagan,  los neoliberales acceden al poder y empiezan a aplicar sus recetas. La tasa del 70% se reduce por debajo del 30%. Incluso  gobiernos demócratas como el de Clinton apenas subieron la tasa unos puntos (por debajo del 40%). En estas condiciones la recaudación del Estado queda en un frágil equilibrio, dependen de un crecimiento económico determinado  por la especulación financiera. Simplemente hay que esperar a que la burbuja reviente para que el Estado entre en bancarrota, entonces se podrán “colar” nuevas medidas neoliberales con la justificación de la crisis.


¿DÓNDE HA IDO A PARAR EL DINERO DE LOS RICOS?


John Christensen, director de Tax Justice Internacional nos proporciona un dato: basándonos en los cálculos del Fondo Monetario Internacional, la suma total de activos y deudas en los 70 paraísos fiscales es de alrededor de 18 billones de dólares, una tercera parte del Producto Interno Bruto Global. De los cuales unos 12 billones de dólares se corresponden a fortunas privadas de multimillonarios. Aunque las cifras OCDE son más bajas porque solo reconoce en torno a 40 zonas [6]. Sin embargo otros especialistas consideran que esta cifra en se queda muy corta. Teniendo en cuenta la falta de transparencia de los paraísos fiscales, perfectamente la cifra real de riqueza oculta en estos escondites podría acercarse al 50% de la riqueza mundial.  Una riqueza generada en épocas de pujanza que hoy permanece inactiva sin que se esté usando para corregir la crisis derivada de esa época de prosperidad. 


En función de la cifra corta (10 billones) se calcula que se está defraudando a las haciendas públicas entre 1 y 1,6 billones de dólares. Con ese dinero no solo garantizaría de sobra  la solvencia de los Estados sin soberanía monetaria, como los de la zona euro, incluso se podría aumentar los servicios del Estado del Bienestar hasta hacer desaparecer el desempleo. 

En cualquier caso tampoco un Estado con sobernía financiera necesitaría recaudar para disponer de capital tal y como explica la Teoría Monetaria Moderna (TMM). Estos economistas sostienen que los gobiernos en la realidad no necesitan nivelar su saldo de gastos/ingresos porque en la práctica usan directamente el dinero producido por sus bancos centrales. Por ello pueden disponer de liquidez (dinero) en cualquier momento y su única preocupación ha de ser invertir estratégicamente para evitar que se descontrole la inflación. [7]

¿POR QUÉ SE CAMBIÓ EL PARADIGMA?

Ahora volvamos al informe de Huber y Stephens. Nos muestra cómo los países más intervencionistas, que menos cambiaron sus políticas económicas, resistieron mejor a la crisis de los 70 que los países que adoptaron el modelo neoliberal. Entonces ¿A qué se debe ese cambio?
El mismo informe apunta la respuesta. En él podemos ver que hay un dato en el que los países neoliberales sí que ganaron a los socialdemócratas. En el de los beneficios del capital y los beneficios empresariales.

Esta será la razón no reconocida, por la que se acaben imponiendo las políticas neoliberales en lugar de las intervencionistas o socialdemócratas. No hay que olvidar los intereses de los que financian a los grandes partidos políticos.


Mark Weisbrot [8] llega a la misma conclusión cuando estudia el resultado de las políticas que diseñó el FMI (Fondo Monetario Internacional). El FMI exigió a los países del tercer mundo que aplicaran políticas neoliberales para poder acceder a los préstamos del Banco Mundial (BM). Analiza el caso argentino y ve cómo los errores del FMI en sus vaticinios y sus recomendaciones fueron deliberados para poder aplicar unas medidas que solo beneficiaron a las grandes corporaciones. El previsible desastre económico y social posterior se consideró amortizado por el lucro obtenido. Weisbrot concluye que los errores del FMI son deliberados por lo que recomienda a todos los países se desvinculen de este organismo.



El carácter fraudulento del FMI y del BM es manifestado incluso por sus máximos representantes. Robert McNamara [9] reconoce que el éxito de las estrategias de BM es directamente proporcional al hambre y la miseria. Tomando las ideas del Experto del Banco Mundial Paul Streeten justifica su las actuaciones del Banco Mundial a pesar de que supongan un empeoramiento de la situación de los países sobre los se ejecutan. La idea de Streeten defendida por Mcnamara dice así:



Después de haber examinado la mayor parte de las experiencias de desarrollo en el Tercer Mundo, llegó a la conclusión de que era el éxito y no el fracaso de esas estrategias lo que provocaba el hambre y la miseria. [10]



No hace falta irse tan atrás para encontrar más argumentos en este sentido. El premio Nobel de economía Joseph Stiglitz [11] fue economista jefe y vicepresidente del Banco Mundial (1997-2000). Afirma que las políticas neoliberales defendidas por las instituciones financieras solo tienen un único objetivo, enriquecer a un puñado de personas.  Las propuestas del Banco Mundial y el FMI, no buscan la mejora de las condiciones de vida, su objetivo es lograr el mayor beneficio posible para las corporaciones o multinacionales. Una vez alcanzado este objetivo, no les importa si se hunde la economía de un país y se lleva a la miseria a su población. El éxito o no de una medida económica lo marca el saldo de beneficios de las multinacionales y no el bienestar social. Desde este razonamiento, países donde la mayoría de la población vive en condiciones penosas, se colocan como modelos de gestión económica, si sus gobiernos permiten la libre actuación de las corporaciones. Dice Stiglitz:


El FMI toma decisiones basándose en una extraña mezcla de ideología y mala economía, un dogma que apenas esconde intereses creados (...) Si Argentina hubiera seguido mejor las instrucciones del FMI, ahora estaría peor (...)  Ya advertí en 1997 del peligro de disturbios sociales al imponer políticas monetarias y fiscales demasiado severas  (...) Cuando trabajaba en el Banco Mundial pude ver los efectos de la globalización. (...) La administración que se ha hecho han tenido como resultado que ahora algunos de los países más pobres están mucho peor.
(…) El fundamentalismo de mercado neoliberal siempre ha sido una doctrina política que sirve a determinados intereses. Nunca ha estado respaldado por la teoría económica. Y, como debería haber quedado claro, tampoco está respaldado por la experiencia histórica. Aprender esta lección tal vez sea un rayo de luz en medio de la nube que ahora se cierne sobre la economía mundial.


[1] Vicenç Navarro fue catedrático de ciencias políticas de la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona) autor de Neoliberalismo y Estado del Bienestar, y Bienestar insuficiente, democracia incompleta, entre otras obras.
[2] El impacto de la liberalización en el desarrollo de los países informe realizado por el Centro de Investigaciones de economía y política de Washington DC, en el 2004.
[3] Datos del Banco Central chileno y el CIEPLAN, base 1970=100.
[4] Evelyne Huber y Jonh D. Stephens son catedráticos de la universidad de Carolina del Norte.
[5] Paul Volker fue gobernador del Banco Federal de USA, de ideología neoliberal.
[6] Informe sobre los paraísos fiscales: http://www.taxjustice.net/cms/front_content.php?idcat=148
[7] La Teoría Monetaria Moderna (TMM) es respaldada por economistas como  Randall Wray, William Black, Michael Hudson, Stephanie Kelton (autora de El mito del déficit),  James Kenneth Galbraith, hijo de reputado economista John Kenneth Galbraith y otros. 
[8] Mark Weisbrot es un economista estadounidense, columnista y co-director, con Dean Baker, del Centro para la Investigación Económica y Política (CEPR) en Washington, DC, además es comentarista económico en publicaciones como el diario New York Times y The Guardian.
[9] Robert McNamara, fue asesor de J. K. Kennedy, L. B.  Johnson, después fue presidente del Banco Mundial entre 1968 y 1981.
[10] Cita extraída de la obra de Serge Latouche, El planeta de los náufragos, ensayo sobre el postdesarrollo en la página 137 de la edición en español. Serge Latouche es licenciado en ciencias políticas, doctor en filosofía y profesor emérito de la universidad de Paris XI y del IEDES (Instituto de Estudio del Desarrollo Económica y Social
[11] Joseph Stiglitz es un economista de prestigio. Nobel de economía en 2001, ex-consejero de Bill Clinton y autor del libro El malestar en la globalización .

8 comentarios:

  1. saludos, estuve buscando "estrategias de gradualidad" de Chomsky y al parecer no es de él, podrías responder de dónde sacaste eso....
    tambien encontre las 10 estrategias de control mediatico, se le atribuye a chomsky como extracto de su libro "armas silenciosa pra una guerra tranquila", pero tambien parece que él nunca ha publicado nada con ese titulo.
    gracias por su comentario.

    ResponderEliminar
  2. Creo que confundes la idea con el título de esa idea. La estrategia de aplicar gradualmente las políticas neoliberales es una idea de Noam Chomsky que ya aparece en sus primeras obras y se repite en las siguientes. La expresión “estrategia de la gradualidad” es una fórmula reciente para referirse a esa idea, pero a mí lo que me interesa es la idea, no el nombre que podamos dar a esa idea, si mañana otro propone otra fórmula para referirse a ello y la veo más apropiada la puedo cambiar sin ningún problema. Lo que suele atribuirse erróneamente a Chomsky es esa lista de estrategias que citas, pero eso no significa que él no defendiera ya la existencia de esas estrategias mucho antes de que se confeccionara ese artículo.

    ResponderEliminar
  3. Lo que dices es tan absurdo que no merece la pena discutirlo. Cuesta creer como alguien puede soltar tamaña cantidad de tonterías. Hazte un transplante de cerebro y dedicate a la venta ambulante, a ver si así tienes más éxito, jojojojo

    ResponderEliminar
  4. Hola:
    El comentario anterior, que para el autor no ha merecido respuesta, y es que no la merece, esto tampoco lo es, me ha sugerido la siguiente reflexión:
    Cuando se hace patente la absoluta ausencia de ética de sus planteamientos y por lo tanto la falsedad de sus promesas,a través de una crítica de datos y razonamientos, de conocimientos;la burla de baja estofa y de mal gusto, la descalificación y el insulto, son los únicos argumentos que cualquier neoliberal opone siempre a esos datos y razonamientos basados en el bien común que lo desenmascaran.
    Basta ver 1 minuto de 13 TV, etc. (si es que puede su estómago soportarlo, yo lo hago cada vez que me acuerdo de las buenas personas que hay por ella desperdigadas y me dan ganas de dar el 0,7 del IRPF a la Iglesia..., y se me pasan).
    Después de "tanto", reconozco que no entiendo del todo que aún puedan convencer a alquien que sepa leer y escribir y que no sea heredero directo de don Emilio.
    Un saludo
    P.D: Como dice una compañera nuestra: "Tenemos trabajo".

    ResponderEliminar
  5. Saludos al autor del último comentario. Así es. Los defensores del neoliberalismo parten de dos premisas indiscutibles. 1- Mi enriquecimientos beneficia al conjunto de la población 2- El Estado es ineficaz gestionando recursos económicos. Estas dos ideas son dogmas que no ponen en duda en ningún caso, y a partir de esto justifican sus políticas. El fallo está en que son premisas falsas, por lo tanto todos sus razonamientos posteriores son inconsistentes. La verdad es que NO SIEMPRE mi enriquecimiento beneficia a los demás, en ocasiones pasa justo lo contrario y la ineficacia del Estado DEPENDE DE LOS POLÍTICOS QUE DEBEN GESTIONAR y no es intrínseca a la naturaleza del Estado.

    ResponderEliminar
  6. Hola. Antes que nada debo dejar claro que soy un ignorante y que cuando abro la boca lo hago con cierto miedo de comentar una gilipollez, pero este tema me interesa demasiado como para permitir que la verguenza intelectual me encadene. Alguna vez escuche que cuando uno tiene preguntas que hacer es mejor hacerlas para poder ampliar la perspectiva que uno tiene del mundo.

    Tengo a ciertas personas cerca de mis circulos que defienden a muerte el "liberalismo", dentro del cual involucran tambien (sin mencionarlo explicitamente) el neoliberalismo. Me han recomendado autores como Juan Ramon Rallo y demas, los cuales rechazan casi en su totalidad la intervencion del estado en cuanto a lo economico (libros que aun no he tenido la oportunidad de leer y que de leer, mi escasa formacion en terminos economicos y politicos me impediria comprender profundamente).

    Aun asi debo confesar que en torno a esta ideologia (el neoliberalismo) existe en mi un profundo rechazo que no alcanzo a justificar debidamente a causa a mi escaces de recursos argumentales. Por eso me he dispuesto a buscar en google e intentar "documentarme".

    No voy a mentir: he buscado por frases como "el neoliberalismo es malo" o "argumentos anti neoliberalistas" y etc. No es necesario mencionar lo infantil y absurdo que resulta esto, puesto que si busco la verdad deberia deducirla yo mismo y no esperar que alguien supuestamente mas listo que yo haya llegado a la conclusion que yo desearia fuera la verdad.

    Aun asi, ¿como es posible que una persona que no tiene una formacion tan aparentemente compleja y tediosa como lo puede parecer la economia, historia y politica, que es necesaria para escribir articulos y libros; pueda discernir correctamente sobre estos temas? Quiero decir: ¿Como un chaval de 23 años alejado de estos temas puede discutir equiparablemente con personas inteligentes y formadas de de mas de 50 años que parecen entender extremadamente bien de lo que hablan?

    Me he dado cuenta de que no tengo manera de distinguir la verdad ante personas que argumentan con conceptos tan complejos a mi percepcion como los que engloban los temas economicos y politicos. ¿Commo se a ciencia cierta quien tiene la razon? Por lo poco que se cualquiera me puede engañar... mas facilmente alguien que me dice cosas que me gustaria oir.

    Mi pregunta es la siguiente: ¿De que manera deberia /documentarme /buscar en internet /comprobar datos, para comprobar todo lo dicho en este blog?

    Lo poco que he leido y entendido en este sitio me parece logico y agradable a mis oidos. No es que este en desacuerdo (todo lo contrario), solo quiero ampliar mi perspectiva para estar, quiza, mas seguro.

    ResponderEliminar
  7. Saludos Cat Black, muy agradecido por tu comentario, tu planteamiento es muy interesante.

    Sobre de qué manera documentarse y buscar información, yo te puedo hablar de mi experiencia personal, aunque no tengo claro que sea extrapolable. Yo no tengo estudios universitarios de economía, mi formación es de historia. Dentro de la historia la economía ocupa un papel fundamental, pero a la hora de tratarla usamos un vocabulario más sencillo. La razón que me llevó a profundizar en este tema fue inicialmente técnica, no ideológica. Al desarrollar los contenidos de historia del siglo XX me encontré con este problema: el modelo teórico que normalmente se usa para explicar la crisis de los años 70 y evolución posterior, es incompatible con el modelo teórico que se usa para explicar la crisis del 29 y la evolución posterior. Dicho con otras palabras, hasta 1970 el desarrollo económico se explica desde una óptica socialdemócrata, pero desde 1970 se cambia y se pasa a usar el enfoque neoliberal. Esto es completamente inaceptable porque estas dos concepciones son incompatibles entre sí, y el resultado carece de rigor intelectual. Los alumnos de secundaria tenían que estudiar como causa de la prosperidad un hecho específico y en un tema posterior el mismo hecho, sin matices, se convertía en causa de la crisis. Y lo mismo con las medidas para salir de la crisis, las que nos sacaron de la crisis del 29 aparentemente eran las contrarias que nos sacarían de la de los 70. Aunque ambos modelos explican estas realidades, la incompatibilidad entre ellos hacía imposible la coherencia. O se usa el criterio socialdemócrata para explicar toda la evolución económica del siglo, o se usa el neoliberal o se usan ambos y se comparan. Pero ir alternando, y sin avisar, es incongruente. Después de mi propia investigación llegué a las siguientes conclusiones: (sigue en otro mensaje)

    ResponderEliminar
  8. Después de mi propia investigación llegué a las siguientes conclusiones: (continuación del mensaje anterior)

    1- El modelo socialdemócrata también puede explicar la crisis de los 70, por lo tanto no hay ninguna razón objetiva para rechazar este paradigma para este periodo.

    2- El modelo neoliberal se usa para explicar la crisis de los años 70 y la evolución posterior coincidiendo con el hecho de que, desde esos años, la doctrina neoliberal se ha convertido en la hegemónica en los ámbitos académicos. Lo que es verdad es que las propuestas de esta ideología son las que ofrecen mayores beneficios a los inversores/especuladores, pero eso no la convierte en una herramienta útil para explicar la evolución económica en su conjunto.

    3- El modelo socialdemócrata se usa para explicar la crisis del 29 y la evolución posterior porque el modelo neoliberal es incapaz de hacerlo. O dicho de otra forma, según los principios neoliberales, el desarrollo económico y social de la décadas 50-60-70 no tiene explicación. Por lo tanto sí que hay una razón objetiva para rechazar el modelo neoliberal en la explicación histórica.

    4- Cuando el neoliberalismo intenta explicar la evolución histórica y choca contra la evidencia empírica, se convierte en una especie de filosofía metafísica independiente de la misma realidad.

    En conclusión: el modelo neoliberal efectivamente ofrece una explicación práctica para la realidad presente, ya que es la base doctrinal de la actividad financiera y bursátil y la consecución de beneficios de los inversores. Pero carece de utilidad para un análisis extenso a lo largo de la historia, ya que en la historia económica no tiene como centro de su reflexión los beneficios privados, sino los beneficios colectivos. Los economistas neoliberales como Juan Ramón Rallo, Daniel Lacalle, Jesús Huerta de Soto, etc. en realidad no son economistas analíticos, ante que nada son inversores/especuladores que defienden el modelo que más ventajas económicas les aporta a su actividad privada. Su falta de honestidad viene por intentar plantear como beneficioso para todos lo que en realidad es únicamente beneficioso para ellos o cuando responden con argumentos filosóficos a realidades empíricas. Cuando hablan de historia, más que economistas son filósofos. En cambio los economistas que cito en este artículo, sí que se dedican al análisis económico desde un punto de vista general, ya que, o no son inversores/especuladores, o este aspecto no influye en sus razonamientos.

    Con todo esto únicamente quería decir que mi forma de documentarme/buscar información nace de una necesidad concreta y acaba en el momento en el que encuentro la explicación que responde de modo coherente a mis preguntas. Quizás lo importante no sea tanto saber dónde están las respuestas sino cuáles son las preguntas.

    Un saludo y suerte.

    ResponderEliminar

Normas para los comentarios:

1. Sin errores gramaticales deliberados.
2. No usar opción anónimo, pulsar en Nombre/URL y escribir un nombre para poder referirme a alguien en la respuesta.
3. No hacer comentarios inapropiados, insustanciales o span.

Gracias por participar.

Subir