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Inicio con la introducción y el índice de capítulos

Introducción

La opinión mayoritaria se construye desde los medios de comunicación para anticiparse y neutralizar el pensamiento reflexivo discrepante. Los mensajes con los que se nos martillea desde la televisión, la radio, la prensa escrita o digital se quedan en nuestra mente como un parásito y luego las repetimos, más o menos conscientemente, en las conversaciones privadas y en las redes sociales. Por eso en nuestra cabeza podemos encontrarnos ideas como estas:
 
¡Sé agradecido con tu reducido salario!  ¿Acaso quieres quedarte sin trabajo porque tu empresa no pueda cubrir los gastos y te despida?
¡Acepta trabajar más horas para tu empresa! ¿O prefieres abandonar y engrosar las listas de parados?
¡Acepta el libre despido! ¿No querrás que las empresas huyan a países donde despedir sea más barato?
¡Apoya las privatizaciones de los servicios públicos! Son ineficaces, los funcionarios son unos holgazanes y viven de los impuestos que te “roban”. 
¡Págate, de forma privada, tu sanidad, tus pensiones, la educación de tus hijos! ¿No ves que estos servicios si los ofrece el Estado son de peor calidad?
¡Apoya la reducción de impuestos! ¿Acaso no quieres pagar menos? ¿No prefieres disponer libremente de tu dinero, sin que el Estado te "oprima"?

Periodistas y políticos discuten acaloradamente de muchos temas, pero cuando se trata de medidas económicas concretas, una gran mayoría piensan en la misma dirección. ¿Por qué hay tantos expertos económicos “famosos” que coinciden en sus propuestas y discrepan solo en aspectos puntuales? ¿Acaso, tal y como ellos dicen, no hay alternativa? ¿La economía o el mercado nos exige esas medidas sin que quepan otras alternativas? Hoy vemos a menudo este razonamiento:

Yo no entiendo mucho de economía, si eso es lo que dicen los expertos que aparecen en los medios de comunicación, será verdad.

Mi intención es poner en duda estos paradigmas o premisas adoptadas acríticamente. Pretendo lanzar un proyectil  intelectual contra el determinismo económico que navega sobre las conciencias de muchos. Hoy todo parece determinado por las abstractas fuerzas de la economía. Estas exigen sacrificios humanos para poder ofrecerlos en el altar del libre mercado. El Dios mercado nos exige flexibilizar el mercado laboral, privatizar empresas públicas, reducir los impuestos, reducir la deuda pública, etc. y nosotros obedecemos sumisamente, angustiados por el miedo. Si no lo hacemos sería peor.

¿Y si no todos los economistas estuvieran de acuerdo con este razonamiento? ¿Y si la realidad económica no estuviera tan determinada? O aún peor: ¿y si otra política económica, con mejores resultados, fuera posible?

Cuando estudiaba historia en la Universidad en una ocasión leí un artículo fechado en los años 80. Su autor era un ingeniero informático. Basándose en el imparable avance de la tecnología, pronosticó que en 30 años estas mejoras afectarían a las condiciones laborales de los trabajadores y las trasformarían en un sentido beneficioso para ellos. Decía que a comienzos del siglo XXI se iba a reducir la jornada laboral a pocas horas diarias, e igualmente se podrá reducir los días laborables laborales a cuatro o a tres a la semana. Aunque hoy ese pronóstico suena irreal, lo triste es que acertó en algo: en estos momentos esas condiciones que parecen utópicas son tecnológicamente viables. Efectivamente la mecanización permite mantener altas cotas de producción reduciendo el tiempo de trabajo. Pero en lugar de aprovechar este avance para mejorar la vida de todos, parece más bien al contrario y en este aspecto hoy en día la realidad de las condiciones laborales ha evolucionado en sentido contrario y cada día peor. Hoy son cada vez más las familias que se encierran en barrios fortificados para proteger su bienestar, e igualmente son cada vez más los que miran desde el otro lado de esos muros con desesperación y resentimiento, sin trabajo ni futuro. ¿Qué hemos hecho mal? Y sobre todo ¿Por qué lo hemos hecho mal?

Aquí trato de responder a esas preguntas. Para eso pretende aclarar las razones que se esconden detrás del pensamiento único económico. Mi intención es demostrar que el supuesto determinismo no existe. No es más que una burda estrategia para neutralizar la resistencia. Las cosas no tienen que ser así por necesidad, es más, no conviene que sean así.

Esta obra se inició como una recopilación de mis intervenciones en foros de economía durante la primera década de este siglo. En algunos apartados aún se aprecia el tono desenfadado y provocador  característico de los debates en ese entorno digital. La primera edición de este libro fue en 2010 y se ofreció para su libre descarga en PDF desde varias plataformas digitales. Al año siguiente y coincidiendo con el 15M esta obra tuvo un espectacular crecimiento en el número de descargas, lo que muestra una evidente sintonía entre las ideas que aquí se defienden y ese movimiento. Desde entonces he ido reeditando, modificando y enriqueciendo los contenidos con nuevas lecturas y actualizando los datos históricos a medida que se iban produciendo. 
 
En este libro encontrará lo siguiente: 
1- Explicación de las diferentes escuelas del liberalismo, a lo que denomino neoliberalismo teórico.
2- Explicación de los resultados de las políticas liberales, a lo que llamo neoliberalismo práctico. 
3- Explicación de la relación entre el neoliberalismo teórico y el neoliberalismo práctico. 
3- Explicación del papel que tienen en los medios de comunicación y los partidos políticos en la aplicación de políticas liberales y en el adoctrinamiento. 
4- Algunos elementos metafóricos decorativos.

Tras leer las entradas de este blog conocerá y entenderá las medidas de política económica que se han llevado a cabo en los últimos cien años.  Así podrá entender cómo y por qué hemos llegado a la situación actual. 


Índice de capítulos o mapa de la web


CONTENIDOS QUE NO APARECEN EN EL LIBRO:


Esta web no gusta  a nadie

Este blog/libro refleja únicamente el pensamiento de su autor, que no pretende ser catalogable. Por eso es natural que nadie apoye en su totalidad todas las ideas que aquí se defienden, me conformo con sembrar la duda sobre las ideas contrarias.

Un socialdemócrata apoyará la crítica al neoliberalismo y el apoyo a la socialdemocracia en general, pero no entenderá el apoyo a las propuestas más radicales de Olof Palme y el rechazo a los actuales partidos socialdemócratas.
Un anarcosindicalista apoyará la crítica al neoliberalismo (que equipará al capitalismo en general) y el apoyo a la estrategia sindical, pero no entenderá el apoyo a las medidas socialdemócratas.
Un comunista apoyará la crítica al neoliberalismo (que equipará al capitalismo en general) pero no entenderá el apoyo a las ideas de Olof Palme y el apoyo a la estrategia sindical.
Un nacionalista apoyará la crítica al imperialismo inherente al neoliberalismo, pero no entenderá la crítica directa al nacionalismo como doctrina.
Un fascista/nazi apoyará lo que esta web tiene de conspiranoico, pero no entenderá ni los objetivos y ni las estrategias.
Un liberal rechazará esta web en su conjunto y se sentirá muy ofendido porque uso el término neoliberal continuamente.

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