Varios capítulos de esta obra se redactaron coincidiendo con la popularidad del documental Zeitgeist (2007). En él se hace una profunda crítica económica y social pero incluye elementos inventados, exageraciones y un enfoque irreal. El éxito que tuvo entre algunos compañeros de un foro de política en el que participaba, me llevó a imitar el estilo conspiranoico pensando que así sería más atractivo, posiblemente me equivoqué. Lo primero fue incluir en el título de esta obra la idea de conspiración. La verdad es que no hay nada de conspirativo en todo lo que aquí se describe, es mucho más sencillo y prosaico. La defensa de las políticas neoliberales se hace siempre desde el mezquino interés particular, espero que la descripción de los hechos haya dejado claro este punto. El enfoque conspiranoico es una excusa para tratar realidades objetivas y rigurosas con un halo de misterio que realmente no tienen. Se trata de un recurso literario, metafórico, pero entiendo que, a veces, es difícil captar la ironía, por eso añado este capítulo aclaratorio.
Muerte de Olof Palme. Aunque no llego a decirlo explícitamente, en el primer capítulo se deja ver la posibilidad de que en en el asesinato de Olof Palme haya algún poder oculto implicado. Aunque tenía muchos enemigos que deseaban su muerte, la verdad es que esta acción se puede explicar simplemente como un acto aislado de un perturbado mental. Al insinuar esta idea busco aumentar el interés del lector y confío que la información que voy a aportar en los capítulos siguientes sea suficientemente estimulante para que se olvide de este planteamiento inicial que dejaré abierto.
Conspiración: Una vez me contaron que Cervantes con su Quijote quiso ridiculizar a los nostálgicos de los valores de la caballería. Poco imaginaba el autor que, desde el romanticismo decimonónico, la grotesca figura del caballero andante se convertiría en algo admirable y modélico. A partir de esto y viendo el atractivo que tienen los planteamientos de tipo conspirativo, se me ocurrió usar esa idea para desprestigiar a los conspiranoicos, por eso la palabra conspiración va entre comillas. La “conspiración” neoliberal no es más que una forma de referirse a las divergencias de intereses entre las clases sociales y a la lucha de clases derivada. Es decir, que lo que beneficia a la clase alta puede perjudicar a las clases media y baja, y que lo que beneficia a la clase media y baja puede perjudicar a la clase alta. Esta idea no es de origen marxista como piensan muchos, sino que ya está en el pensamiento liberal clásico. La teoría de la divergencia de los intereses de clases Marx la toma de David Ricardo, un liberal clásico. Ricardo consideraba un error beneficiar a las clases bajas, ya que esto implica un perjuicio para las clases altas, evidentemente en este punto es donde Marx se distancia. La lucha de clases, como cualquier lucha puede incluir un elemento conspiranoico, como otros muchos más elementos. Desde este enfoque lo que hago es esgrimir esta conspiración (la lucha de clases) como el enfoque correcto y a continuación arremeter contra todas las demás teorías conspirativas.
Exageración o hipérbole: En varias ocasiones aumento la importancia de lo que quiero destacar y no lo hago para aumentar la claridad expositiva, sino para contrarrestar las exageraciones o hipérboles de mis adversarios ideológicos. Es decir, es el reflejo contrario a los argumentos exagerados de los neoliberales con los que fomentar en el lector una posición equilibrada. En este sentido no es del todo exacto hablar de “etapa socialdemócrata” o “etapa neoliberal” teniendo en cuenta que no solo se aplicaron políticas socialdemócratas en la etapa homónima, ni solo se aplican políticas neoliberales en la actual etapa neoliberal. Esta diferencia se establece en función a lentos cambios de tendencias, efectivamente desde la Segunda Guerra Mundial se ha tendido a aumentar las medidas intervencionistas del Estado, en cambio desde la crisis de los 70 se ha tendido a reducir estas medidas intervencionistas, tanto las directas (privatizaciones de empresas públicas) como las indirectas (desregulación del sistema financiero).
Otro punto en el que exagero es en atribuir a mis adversarios ideológicos un único y malvado objetivo oculto (el enriquecimiento personal) así logro una visión maniquea que favorece la formación de conciencia de clase, verdadero objetivo de esta obra. Las políticas neoliberales tienen como resultado el aumento de las diferencias sociales, tal y como demuestran los datos referenciados en otros capítulos, pero también es verdad que los beneficios de estas políticas pueden alcanzar también a otros los ciudadanos no solo a los más ricos, como dicen ellos: todos salimos ganando. Lo que se callan es que los éxitos económicos del neoliberalismo han sido modestos (si los comparamos con las alternativas) y lo que es peor, este crecimiento tiene una fecha de caducidad, ya que irremediablemente acaba en una crisis especulativa. De modo que el eslogan neoliberal de todos salimos ganando lo deberíamos modificar en estos términos: todos salimos ganando, pero menos de lo que podríamos haberlo hecho de aplicarse otras medidas y también de esta forma: todos salimos ganando hasta que venga la crisis ineludible, en ese momento todos saldremos perdiendo, más nosotros que ellos (como estamos viendo hoy). Aunque efectivamente la realidad no es blanca ni negra (es gris) es necesario separar artificialmente los colores para poder tomar partido. La alternativa no es admisible; la indecisión a la hora de posicionarse en los temas importantes es señal de ignorancia, o lo que es peor, de cobardía y falta de personalidad.
Araña: La forma de araña (véase esquema del sistema araña neoliberal en el capítulo 2) fue un descubrimiento casual con el que me tope cuando elaboraba el esquema explicativo. Me interesa porque añade un elemento creativo al tiempo que genera una sensación de rechazo a priori.
Poder oculto / objetivo oculto: Para el que tenga unas mínimas nociones sobre la dinámica económica, ni el poder económico es un poder oculto ni su objetivo está demasiado oculto. Pero la idea de oculto relacionada con la de conspiración, resulta atractiva y no es falsa en cierto sentido. La oligarquía económica sí que se oculta discretamente detrás del poder político, e igualmente oculta los verdaderos resultados de la lucha por su objetivo, el enriquecimiento personal, precisamente para eso se diseñó la metafísica neoliberal. Su discreción en la ostentación de su poder real y en la manifestación de su objetivo (el enriquecimiento personal aun a costa del empobrecimiento de los demás) es lo que me permite hablar de poder y objetivos ocultos.
Partido mutante: Es una forma denigrante de hablar de los partidos socialistas-socialdemócratas que tan alegremente han renunciado a sus objetivos fundacionales y han abrazado la doctrina neoliberal a cambio de prebendas.
Bipartidismo neoliberal / partidos araña: La mutación del partido socialista-socialdemócrata tiene como resultado que los gobiernos que se suceden en el poder, aunque de distinto signo político, apliquen las mismas políticas económicas. Efectivamente hay diferencias cuantitativas, los partidos mutantes hacen menos neoliberalismo que los de derecha, no hay diferencias cualitativas, ya que las políticas son las mismas, lo único que cambia es el ritmo en su aplicación.
Partido confusión: Es una forma de criticar a los partidos situados a la izquierda de los partidos socialdemócratas, cuando desvían el debate y no se centran en las reivindicaciones económicas. Esto es una de las causas de su poco peso electoral. La pérdida de votantes es el resultado de posicionarse y abanderar ideas muy definidas en temas secundarios. En la categoría de temas secundarios incluyo todos aquellos que no están relacionados con el nivel de bienestar social y económico de los ciudadanos, como la forma de Estado o las relaciones con la Iglesia entre otros.
Partido degenerado: Es un término despectivo que uso para referirme al nacionalismo (centralista o periférico). El nacionalismo es una de los instrumentos ideológicos más peligrosos y más innecesarios. Todas las reivindicaciones han de plantearse en términos de derechos individuales, las reivindicaciones nacionales son conceptualmente una aberración. La creación de un ente globalizador abstracto es una forma de justificar la violación los derechos individuales en pro de este tótem colectivo e impersonal. Desde un punto de vista correcto la nación no es más que la suma de los ciudadanos, de modo que defendiendo los derechos individuales se defiende la nación, así que no necesitamos siquiera aludir a esa palabra. A los que les gusta usar este término, en realidad le dan otra acepción. Para ellos nación no es una suma cuantitativa, no es un plural, sino que es algo singular y cualitativo. El uso de nación en un sentido singular convierte a esta ideología en un equivalente al racismo, en una burda justificación ideológica del elitismo y del autoritarismo.
Nemeconsys: Una forma creativa de referirse al pensamiento único en lo económico. Para compatibilizarlo con la idea de conspiración, incluyo el elemento de planificación. En realidad más que planificación lo que hay es coincidencia. Los grupos mediáticos coinciden en la defensa del neoliberalismo por las razones aludidas, el resultado da la sensación de que hay cierta coordinación general a la hora de defender estas ideas, pero en realidad la coordinación no es necesaria. La coordinación solo sería necesaria si tuvieran que superar algún tipo de inconveniente, y de momento nada pone en peligro su total hegemonía. Relacionado con lo anterior es la parte de estudios de los modelos ideales (final del capítulo sobre la Nemeconsys) donde lo metafórico se convierte en especulación. Los porcentajes son todos deductivos, entendiéndose deductivo como inventado pero con cierto criterio.
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