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Sistema de control mediático neoliberal

Los publicistas que defienden el neoliberalismo no son un grupo homogéneo. Entre los defensores del neoliberalismo hay dos tipos claramente diferenciados: los coherentes y los aspirantes. Los coherentes son aquellos que defienden el neoliberalismo porque eso les supone beneficios económicos directos en sus propias cuentas personales. Ya sea por tratarse de millonarios, brókers o porque las políticas privatizadoras o de reducción de impuestos les interesen a corto o medio plazo en su propio bolsillo.

 En este grupo estarían:
  • Los millonarios y/o plutócratas que quieren conservar lo que han acaparado e incrementarlo más allá de sus necesidades con el mismo espíritu que el Tío Gilito se bañaba en su piscina de monedas de oro, víctimas del síndrome del Tío Gilito.  Suelen disfrazarse de filántropos para neutralizar un íntimo sentimiento de culpabilidad
  • Los que viven de los millonarios ya sea directamente a sueldo o indirectamente gestionando fondos de inversión (brokers). La única crítica que podemos hacerles es que están cegados por el medio-placismo y abocan al sistema a un colapso social que tendrá, a largo plazo, resultados nefastos también para ellos. Estos se suelen disfrazar de economistas para revestir de ciencia y objetividad las medidas que proponen para lucrarse particularmente.  
  • Las clases medias que se verían beneficiadas a corto plazo por la bajada de impuestos, como los emprendedores y los pequeños empresarios. En este caso el beneficio cortoplacista les hace olvidar que la polarización de la riqueza implica necesariamente la disminución de la demanda, por lo tanto a medio plazo será mayor lo que pierdan por falta de clientes que lo que pagaban antes de más en impuestos.

Por otro lado están los aspirantes. Son aquellos que aspiran a escalar en la jerarquía social y llegar algún día a ser millonarios como sus referentes. Aunque de momento la aplicación de políticas neoliberales no les beneficie directamente e incluso les perjudique, las defienden porque confían en ganarse la confianza de los interesados que ya están colocados. Aspiran a convertirse en brokers o en asalariados de los plutócratas o sus grandes empresas. Son víctimas del mito conocido como “sueño americano” que nos dice que llegar a ser millonario está al alcance de cualquiera poniendo voluntad y trabajo. Estos publicistas son los que se dan a conocer en los medios de comunicación donde trabajan como “periodistas” y en las redes sociales donde trabajan como “youtubers”. La pasión desbordada que ponen los aspirantes los convierte en los principales responsables de la gran popularidad que tiene el neoliberalismo entre los jóvenes. 

La aceptación general de las falacias neoliberales en la opinión pública se debe al control que ejercen los plutócratas sobre muchos medios de comunicación de masas y al éxito que tienen los neoliberales “aspirantes” en las redes sociales. El resultado es sorprendente y paradójico: han conseguido que la población perjudicada por estas propuestas, las defiendan creyendo defender sus intereses. Se razona en estos términos: enriqueciéndote, enriqueces a los demás. Esta invocación al egoísmo tiene una pega: es falsa. Si no formas parte de la élite económica, al apoyar al neoliberalismo te estás perjudicando a ti mismo y estás beneficiando a otros. Creen actuar por egoísmo y su ingenuidad los convierte en los mayores altruistas. A un asalariado que defiende el neoliberalismo le hago esta pregunta: ¿Realmente eres tan generoso que estás dispuesto a sacrificarte, a reducir tu nivel de vida y a no poder pagar una sanidad privatizada, para que los que más tienen puedan tener aún más?

Hace falta insistir en la importancia de difundir estas ideas para evitar que un grupo de sinvergüenzas se aprovechen de la ignorancia de los demás de esta forma tan mezquina


 ¿CÓMO FUNCIONA LA RED DE  DESINFORMACIÓN?


El entramado mediático intenta atrapar a la mayor parte posible de la población en su “telaraña” o “red de la desinformación” (1). El objetivo de la red de desinformación es doble:

1. Por un lado intentan que nadie se plantee preguntas económicas que puedan hacer peligrar las políticas neoliberales. Para esto se crean dos o más grupos mediáticos neoliberales que proporcionan el “circo”, es decir, el espectáculo necesario para que la población esté entretenida y adormecida.  Friedman, gurú del neoliberalismo, expresaba el éxito del adoctrinamiento neoliberal en esta frase: Los desheredados de la tierra quieren ir a Disneyworld, no a las barricadas.

2. Pero no todo el mundo es atrapado en la "tela araña" del circo, para los más perspicaces, se diseñan  las ingeniosas teorías "políticas" de la conspiración. Estas teorías tienen éxito entre los críticos precisamente porque usan argumentos reales que atacan a la élite económica (es el anzuelo) pero son inofensivas porque van desviando el objetivo, es decir, se sustituye el objetivo oculto real, el enriquecimiento personal, por otros totalmente secundarios, los objetivos políticos. De esta forma se consigue que las propuestas de solución derivadas resulten ineficaces.


Cuenta Hernán Elvira (ATTAC Argentina):
...en los años 20 del pasado siglo, el ideólogo Walter Lippman divide a los ciudadanos en dos clases diferenciadas: Los que asumen algún papel activo en cuestiones de administración y gobierno (a este grupo se accede sirviendo a los poderosos e interiorizando -aquí la necesidad de la educación privada- las doctrinas que mejor corresponden a los intereses de estos) y por otro lado el "rebaño desconcertado", la generalidad de la población, demasiado estúpida para comprender los temas de relevancia. Sería peligroso que los miembros del "rebaño" tomaran algún papel activo, por lo que su función es la de ser espectadores de la acción de gobierno. Entretanto el rebaño ha de ser entretenido y conducido y sus miembros mantenidos en el aislamiento que impida una organización de la gente en defensa de sus intereses. Para Lippman, es misión de la élite la fabricación de consenso, esto es, el pastoreo mediático del rebaño incapaz de comprender por sí mismo cuáles son los intereses comunes. Dejando aparte las disquisiciones universitarias e intelectuales, y aunque parezca disparatado, esta ha sido y es hoy la teoría social dominante.

Dibujo de Pepe Medina

 EL CIRCO

El circo utiliza el “espectáculo político” con el “juego de las diferencias” entre los dos partidos políticos neoliberales. Si uno dice blanco el otro dice negro, si uno dice izquierda otro dice derecha, si uno dice aquí el otro dice allí, si uno dice que su "nación es mejor" el otro dice que la mejor es la suya... Un sinfín de rivalidades insustanciales forman parte de este juego. El mundo se divide en dos bandos igual que dos equipos de futbol, aunque la realidad está llena de matices y de grises, se nos dice que elijamos entre blanco o negro. Los que entran en este juego son los dos partidos araña  y los partidos de degeneración nacionalista (que aspiran a convertirse en un partido araña). Se reduce al mínimo el tiempo dedicado a los demás temas económicos y sociales, y si se los menciona se hace de forma que no dañe al sistema.

Dibujo de Pepe Medina



El circo utiliza el “espectáculo impactante”  de la misma forma que antes se enseñaban jorobados o mujeres barbudas, ahora nos enseñan sucesos impactantes, asesinatos, neuróticos de todo tipo, programas basura, noticias asombrosas, desastres naturales, etc. Todo ello tiene el mismo denominador común; son rarezas muy poco frecuentes pero lo suficientemente morbosas como para tener entretenida a la ciudadanía. El espectáculo político es muy eficaz porque tiene continuidad en las redes sociales. Los defensores de uno y otro partido se posicionan en las disputas de la misma forma que lo hacen los aficionados al fútbol. No razonan con argumentos y defienden a los suyos en cualquier caso: la misma acción está justificada si la hacen los tuyos y es indignante si la hacen los otros. 


Dibujo de Pepe Medina



El circo utiliza el “espectáculo deportivo” En Roma eran las carreras de cuadrigas o las luchas de gladiadores entre otras, ahora hay otros muchos espectáculos deportivos para elegir. Esto no es una crítica al deporte o a la afición al deporte. Esto es una denuncia de la explotación mediática de los espectáculos deportivos. Se pone  al mismo nivel e incluso por encima de nuestros problemas reales. Es un entretenimiento que, aunque en sí mismo no es malo, se  está utilizando como un instrumento para desviar la atención y adormecer conciencias.

Dibujo de Pepe Medina


El circo utiliza el “espectáculo del miedo” antes eran las fieras de la selva o el diablo, ahora es el emigrante ladrón, el mafioso ruso, el terrorista árabe, el chavista bolivariano y otros estereotipos. Sobredimensionando los motivos para el miedo, la población es más dócil a la  hora de plegarse a la autoridad, venga de donde venga.

Dibujo de Juan Ramón Mora

Julio Anguita hablaba de sucedáneos con los que redirigen nuestras preocupaciones: 

No importa que la persona que todavía tiene una pensión que no llega al salario mínimo interprofesional y está casi a la mitad, 60.000 y pico de pesetas, la mitad de eso, a veces no llega. No importa el paro de aquel que entró en los 45 años, no importa que la mujer, madre y esposa pero que además tiene que trabajar, no cobra lo mismo, igual que el hombre, haciendo la misma tarea, violando artículos enteros de la Carta fundacional de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y texto de la Constitución Española. No importa, porque le están diciendo que no hay más bien que la competitividad, lo bien que vivimos, lo bien que vamos, los datos, las cifras… No importa que la gente vea o no quiera ver en su entorno y a su alrededor, hechos que están contradiciendo ese mensaje. Porque para que no se vea, o para ser menos hiriente, hay sucedáneos. Ahí tenéis la televisión, fútbol, mucho fútbol, más fútbol que en épocas anteriores de la historia de España. Ahí tenéis concursos degrandantes que no alimentan la razón, el estudio, el análisis. Ahí tenéis la vida de los personajes populares que se diseccionan y se abren para que atisbemos, como si fuéramos aves carroñeras, y olvidando el entorno que tenemos, entremos en lo que ocurre en sus alcobas. Ahí está toda la literatura de evasión, para que la gente no vea y confunda su existencia real, con la existencia que le ponen en las pantallas o en los informativos. Para que ocurra aquello que tantas veces digo de la viejecita, que al final del siglo XIX estaba vendiendo cerillas, a la puerta del Palacio de la Ópera de Madrid, en un mes de enero a las dos de la madrugada, aterida de frío, y envuelta en una toquilla vendiendo cerillas para poder subsistir. Y cuando entraban hombres y mujeres envueltos en armiños, en capas, con lujo, con joyas, les decía: ¡qué bien vivimos en Madrid! Un caso de alienación, un caso de suplantación, un caso de drogadicción. La imagen, lo bien que vivimos, las historias de alcoba, las revistas de corazón, las frivolidades, que hacen olvidar lo que ocurre diariamente, o si se ve, se eleva a otra categoría, como si no fuese lo real.
Resignación, además, porque el discurso oficial que baja desde muchos sitios, baja desde los poderes públicos, baja desde las sentencias de los tribunales, desde las cátedras, desde las clases de EGB donde el maestro de escuela va inyectando ya unas determinadas ideas. Baja desde la televisión, y desde los medios de comunicación. El discurso de que no hay otra salida, esto es lo único posible. Y si no fijaros, estamos mal, pero peor estaban en el muro de Berlín. Y cuando ya se acude a hablar del muro de Berlín es porque no se tienen razones y hay que decir mira qué mal fueron aquellos, porque es la única justificación. Resignación, porque los pueblos, cuando tienen problemas, no son rebeldes. El que tiene que comer todos los días no puede permitirse el lujo de perder, por un acto de rebeldía, el puesto de trabajo. La rebeldía siempre ha surgido de aquellos que comían todos los días (2)


 LAS FALSAS TEORÍAS DE CONSPIRACIÓN

Hay que dejar claro que las falsas teorías de la conspiración no son defendidas necesariamente por los neoliberales, al contrario, son las doctrinas convincentes que se usan para confundir a los que son conscientes de la inconveniencia del neoliberalismo. Pero también forman parte de la red de desinformación porque se incluyen en su plan de control. Todas ellas tienen una misma característica: intentan pivotar la base de la crítica desde lo económico hacia  lo no económico (político o cultural). Y esto es fácilmente creíble teniendo en cuenta lo que cuesta aceptar a priori que el objetivo real de todo el entramado sea algo tan elemental (el simple enriquecimiento personal). Se aprovechan de este evidente carácter vulgar del objetivo real para taparlo  con otros pseudo objetivos más complejos y literarios. Las teorías conspirativas tienen una ventaja añadida, son prácticamente gratis y te garantizan defensores altruistas. Desde las redes sociales es muy fácil propagar ideas conspirativas. En poco tiempo tienes una legión de desconocidos seguidores dispuestos a desarrollar y extender esa idea sin pedirte nada a cambio, altruistamente. Esto se debe al atractivo psicológico de las ideas conspirativas (véase epílogo) 

El uso de estas falsas conspiraciones es muy antiguo, desde el pasado más remoto podemos encontrar diferentes ejemplos. Pondré varios que llegan hasta el presente: 

1. La conspiración sionista que aún utiliza pruebas de falsedad demostrada, como los famosos “protocolos de los sabios de Sion”. Quiere convencernos de que hay una conspiración que busca el control del poder político mundial por parte de plutócratas de religión judía.

2. La conspiración nacionalista que tiene dos versiones, la centralista, que quiere convencernos de que los plutócratas buscan el control político de “naciones o nacionalidades oprimidas” (también llamada conspiración imperialista). Y la versión descentralizadora que quiere convencernos de que los plutócratas buscan el control político de regiones “periféricas” de un  país o incluso de otros países enteros.

3.  La conspiración Bilderberg que defiende que los plutócratas buscan el control político del mundo a través de un “gobierno mundial” que destruya la autonomía de las naciones. Todo ello planificado en las reuniones de Bilderberg, la trilateral, y otras. Para esto usan la infraestructura de la ONU e instrumentalizan para su interés a los movimientos ecologistas.

4. La conspiración progre de la “ideología de género” o  "marxismo cultural" y sus defensores se definen como “políticamente incorrectos”. Según esta teoría conspirativa, el marxismo ha cambiado su sujeto político porque  las clases trabajadoras han perdido la fuerza revolucionaria. Ahora para tomar el poder se han convertido en defensores de las minorías para presentarse como defensores de los más débiles y conseguir el favor popular. Por ello nos estarían adoctrinando en una serie de ideas ilógicas o antinaturales con el fin de enriquecer a unos supuestos lobbies  feminista/GAI/LGTBI. Los integrantes de esos lobbies  que en realidad serían “marxistas” evolucionados al igual que evoluciona un POKEMON.  

Todas ellas tienen algo de verdad, mayor cuanto más recientes. Las analizo brevemente una a una:
1. Sobre la  conspiración sionista: Es evidente que entre los plutócratas hay personas de religión judía, pero también las hay de las demás religiones. Además su amor al dinero y al lucro siempre estará por encima de sus hipotéticas diferencias religiosas. Religiosidad que, por otro lado, está muy descafeinada en personas cuya motivación principal es la avaricia. Defender esta falsa teoría de la conspiración aludiendo al devenir político del estado de Israel carece de fundamento porque lo sucedido se puede explicar perfectamente con razones geoestratégicas de tipo político, y no se necesita asentarse en  ningún tipo de conspiración religiosa.

Dibujo de Pepe Medina

 2. Sobre la conspiración nacionalista: Es igualmente un desenfoque de la realidad, aunque mucho más sutil que el anterior. Efectivamente los plutócratas actúan de manera imperialista, pero esto está subordinado a su objetivo central, el lucro inmediato, y no a objetivos políticos, que son sólo un medio hacia un fin. De manera que pueden defender al mismo tiempo a nacionalistas centralistas y a “descentralistas” o pueden cambiar sus alianzas con el  paso del tiempo si se considera más rentable. A los plutócratas les interesa reducir el poder de los estados con el fin de someterlos con mayor facilidad, por eso ven con buenos ojos las secesiones territoriales (véase la división de la URSS o de Yugoslavia). Así se forman países más pequeños y por tanto más controlables. Pero también apoyan a gobiernos derechistas aunque sean muy centralistas si les garantizan políticas liberalizadoras con las que se reduce el poder del Estado. De modo que la dialéctica nacionalista jamás puede considerarse el centro de la conspiración, no es más que una manifestación cambiante de una conspiración que tiene otro fundamento. Al mover el tema central de la reflexión, el nacionalismo centralista o descentralista acaba convertido en un tema más para desviar la atención del verdadero origen del problema. El resultado son estériles luchas entre centralistas y descentralistas que dejan a salvo todo el entramado neoliberal.


3. Sobre la conspiración Bilderberg: es, sin duda, más compleja que todas las anteriores. El uso de pruebas reales o verosímiles es realmente abrumador. Es tan convincente y tan cercana a la realidad que posiblemente ni siquiera haya sido creada por el mismo sistema araña, es decir, que se trate planteamientos de honestos anti neoliberales que simplemente, se han equivocado.  En cualquier caso el sistema araña se está aprovechando de este pequeño error para su interés, por eso favorece su propagación entre sus críticos.  Efectivamente los plutócratas se reúnen como “coleguillas” en Bilderberg y usan instituciones como la trilateral, G7, el foro económico mundial, etc.  Es verdad que en sus reuniones aparecen propuestas políticas de control mundial. Incluso es totalmente cierto el control que ejercen sobre asociaciones internacionales de “fundamento” filantrópico como la ONU (conviene recordar los humanistas objetivos del FMI). Todavía más, efectivamente están intentando infiltrarse en el movimiento ecologista para instrumentalizarlo a su favor.  Entonces, si estoy justificando todos sus argumentos ¿dónde está el error? Pues lo mismo que los anteriores. Se equivocan al marcar un objetivo político a algo que tiene un objetivo económico. Dicho de otra forma, los plutócratas jamás pueden tener como objetivo el control político mundial a través de la ONU porque… ya tienen el control político actualmente. El error de este análisis radica en que el poder económico no necesita alcanzar un poder político que ya controla sobradamente. De la  misma forma, es absurdo que defienda la creación de un ejército internacional, teniendo en cuenta que cuenta con los ejércitos de los países que controla (a través de “sus” políticos), como pasa con el ejército de Estados Unidos (tal y como se ha visto en las últimas guerras lucrativas de Afganistán o de Irak)  ¿Qué sentido tiene crear un ejército que compita con los que ya controlan?  Mientras mantengan el poder sobre los políticos, no necesitan crear de una mega institución internacional con poder real. Aceptar estas ideas implica considerar que los plutócratas no tienen ya el poder político. Esto es la clave. Las propuestas que se propongan no irán en la dirección de eliminar el poder que ya tienen sino de “evitar” un poder al que hipotéticamente aspiran. De una actitud de “ataque” pasamos a una actitud de “resistencia”, con la consiguiente pérdida de eficacia. Por esto último me veo en la obligación de ubicarla dentro de las falsas teorías de conspiración, a pesar de que soy consciente de la honestidad intelectual de la mayoría de sus defensores.

4. Sobre la conspiración progre del “marxismo cultural” o “ideología de género”. Efectivamente los grupos de izquierda están usando la defensa de las minorías como una parte central de su programa político y efectivamente algunas de las medidas/leyes se saltan el principio de igualdad ante la ley, pero nada de esto es relevante ya que se puede simultanear la defensa a las minorías con otras reivindicaciones de tipo económico y social. Por otro lado la discriminación positiva no es injusta si se plantea como una medida transitoria hasta corregir esa desigualdad y equiparar la situación en la práctica. Lo que sí que es verdad es que desde la derecha se pone el foco de atención en las propuestas más descabelladas: igualdad de derechos hombre-animal, sexo oficial desligado de la realidad fisiológica, lenguaje inclusivo que viola el principio del ahorro en el lenguaje, etc. Todos estos aspectos no requieren una teoría conspirativa, entran perfectamente en la dialéctica del enfrentamiento político por cuestiones intrascendentes, por lo tanto remito al circo de las diferencias políticas descrito antes.    


MODELOS IDEALES ESTUDIADOS POR LOS CREADORES DE LA RED DE DESINFORMACIÓN

Los propietarios de los medios que mantienen la red de desinformación realizan estudios estadísticos para comprobar su capacidad de influencia en todos los países. Se divide a la población en cuatro grupos:

1. Beneficiados por la situación: de clase alta y clase media alta. Se considera que este sector desea que las cosas no cambien por lo que creen fácilmente en los mensajes de los medios de comunicación. Todos ellos apoyan a alguno de los dos partidos neoliberales o araña.

2. Creyentes en el sistema; de clase media. Son todos aquellos en los que ha tenido éxito la programación del bipartidismo. Confían plenamente en algún grupo de medios de comunicación por lo que tienen totalmente asumidos las consignas neoliberales. Al igual que los primeros, apoyan a alguno de los dos partidos neoliberales o araña.

3. Escépticos que desconfían de clase media. Son todos esos que no han asimilado la propaganda del neoliberalismo y no entienden ciertas contradicciones mediáticas, políticas y económicas. Sus incertidumbres los llevan a tener posiciones políticas cambiantes e incluso distintas de los dos partidos del sistema. Contra ellos, la red de desinformación puede utilizar el "circo" y el entretenimiento variado (ocio, deportes, fiestas...). Se considera que estando entretenidos, se les desmoviliza y evita que se conviertan en un problema. Una parte de ellos, los recalcitrantes, profundizan y buscan las causas reales de la situación, estos no pueden ser controlados solo con el circo, para ellos se diseñan las falsas teorías de la conspiración (de las que hablé antes).

4. Excluidos de clase baja. Este grupo es difícil que se movilicen políticamente por lo que rara vez se convierte en un problema real para la oligarquía. En su situación pueden convertirse en un problema social si son demasiado numerosos, pero eso no erosiona las bases del Sistema Araña.  Mientras que las clases medias estén dominadas, los plutócratas saben que las clases bajas se pueden controlar con medidas policiales y carcelarias.


Como se ve en el gráfico, en un país del primer mundo, los beneficiados y los creyentes suponen (como media) el 60% de la población. Por ello la red de desinformación tiene garantizado el éxito electoral de alguno de sus dos partidos araña.


En un país del primer mundo, los beneficiados y los creyentes suponen (como media) el 60% de la población. Por ello la red de desinformación tiene garantizado el éxito electoral de alguno de sus dos partidos araña. En un país del tercer mundo los escépticos y los excluidos suman (como media) el 60% de la población. Por ello, si la red de desinformación no tiene éxito en el control de los escépticos, puede que estos se organicen políticamente y movilicen a los excluidos. La unión de estos dos grupos lleva a la derrota electoral de los partidos neoliberales y, por lo tanto, supone la destrucción del sistema bipartidista, como ya ha pasado en algunos países. Desde entonces para los medios de comunicación neoliberales de los países occidentales (EE.UU. y Europa) estos países que han abandonado sus políticas dejan de ser considerados democráticos y  pasan a denominarse dictaduras (independientemente de la existencia o no de democracia). En su concepción de la democracia, solo entran aquellos sistemas en los que gobierna alguno de los partidos neoliberales "preparados" para ese fin.

  • (1) Sobre esto trata la obra de Noam Chomsky Los guardianes de la libertad (1988),  la obra de este mismo autor junto con Ignacio Ramonet Cómo nos venden la moto (1995) o la más reciente conferencia de Noam Chomsky El control de los medios de comunicación: los espectaculares logros de la propaganda.
  • (2) Discurso de Julio Anguita durante la conferencia Alternativas contra el neoliberalismo,  Cáceres 1999.






2 comentarios:

  1. Es bastante demagógico e inexacto comparar al neoliberalismo con el nazismo.

    Para empezar, los líderes e ideólogos neoliberales son gran parte judíos y sionistas a los que el nazismo combatió. Ven la usura como arma de control de los pueblos, precisamente los nazis lucharon contra esa usura de la banca trasnacional judía.

    En definitiva, una comparación muy desafortunada, los nazis lucharon contra el comunismo y contra el poder de la usura transnacional británica .

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  2. Es bastante demagógico e inexacto dar a entender que el neoliberalismo es cosa de judíos cuando la totalidad de los políticos que lo han aplicado no lo son. Es un disparate decir que los nazis lucharon contra la usura de los judíos simplemente porque les expropiación sus posesiones, mientras ellos desarrollaban su propia usura. Los nazis lucharon contra comunistas, británicos, capitalistas, anarquistas, socialdemócratas, etc. porque los nazis luchaban contra todos. Lo que es natural si tenemos en cuenta que eran un atajo de inadaptados sociales inflados de delirios de grandeza con los que compensar sus graves problemas psicológicos. Si en algún momento comparara a los neoliberales con los nazis los únicos que podrían denunciar esa comparación serian los neoliberales.

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